FIESTAS DE LA MINIATURAS
Alasitas es una tradición de la ciudad de La Paz. Se remonta a antiguas tradiciones Aymaras que después de la colonia se convirtieron en prácticas religiosas, respondiendo a ese habitual sincretismo que caracteriza a los ritos y costumbres de América Latina. En realidad, inicialmente el dios precolombino Ekeko de la fiesta estaba desnudo, pero los españoles lo vistieron con ropa de los mestizos.
Alasitas, que en Aymara significa
“cómprame”, es una feria en la cual originalmente los indígenas intercambiaban
miniaturas, productos agrícolas, piedras circulares de colores o con alguna
particularidad. El intercambio se practicaba con alegría y con la esperanza de
tener, durante el año, los productos adquiridos.
Alasita es una gran fiesta de
deseos y aspiraciones. La tradición establece que uno compre una miniatura de
lo que más le haga falta en el año que cursa. Es necesario asistir a la feria
al medio día y que un yatiri (hechicero y curandero)ch'alla (bendiga)
las mismas, además los asistentes a la Alasita pasan por la Iglesia más cercana o de su preferencia
para hacer bendecir las miniaturas que han comprado. También funcionaría si las
miniaturas le son regaladas a uno para que, por arte de magia, se hagan
realidad.
Billetitos réplicas casi
exactas de Bolivianos, Dólares y Euros, emitidos por el imaginario “Banco
Central de la Fortuna o de Alasitas”, para que no falte el dinero; latas de
conservas, bolsas de harina, azúcar, arroz, y todo tipo de productos
alimenticios, para abastecer el hogar; maletas, con o sin papeles, pasaportes,
visas y billetes de avión para viajar; gallitos o gallinas de artesanía, para
conseguir novio o novia; materiales de construcción, maquinaria y equipo, para
terminar la casa; autitos, taxis, flotas (buses), camiones y camionetas,
para tener un vehículo, títulos, postgrados y maestrías, para lograr una
profesión académica; además de contar con registros civiles (de mentira) donde
uno puede casarse, divorciarse o sacar su certificado de defunción, títulos de
propiedad, Casas de 2 o tres pisos o edificios completos, para augurar una
buena compra e infinidad de miniaturas interesantes capturan la atención de la
población.
Todos los años en esa
fecha los periódicos sacan en circulación los "periódicos de
Alasitas" de tamaños minúsculos que a modo de sátira y burla toman como
noticia y estelar al Ekeko y se burlan de manera jocosa de los políticos y de la
gente "importante" o conocida de los medios y la farándula. Al Ekeko
hay que regalarles sus miniaturas para que cumple los deseos pedidos, y también
darle un cigarrillo de fumar cada lunes y un poco de alcool.
Además se pueden
encontrar comidas típicas de la feria entre las que destacan: el “plato paceño”
(choclo, habas, papas y queso), el anticucho y otros platos
criollos. Galletas de todos los sabores, manzanas endulzadas, la infinita
variedad de platos típicos del occidente de Bolivia y una variedad de juegos
populares como los futbolines o los dardos o los rifles de aire aseguran una
diversión sin límite.
La feria de Alasitas es una de las muchas tradiciones de la ciudad de La Paz, y se ha ido
extendiendo por muchas otras ciudades del país y del exterior. Es por la
candidez de la feria, el trabajo de artesanos y la fe en estos ritos que ha
logrado ser parte fundamental de nuestra sociedad y una de las expresiones
culturales típicas de este mágico país sudamericano.
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