sábado, 14 de junio de 2014


FIESTAS DE LA MINIATURAS

Alasitas es una tradición de la ciudad de La Paz. Se remonta a antiguas tradiciones Aymaras que después de la colonia se convirtieron en prácticas religiosas, respondiendo a ese habitual sincretismo que caracteriza a los ritos y costumbres de América Latina.  En realidad, inicialmente el dios precolombino Ekeko de la fiesta estaba desnudo, pero los españoles lo vistieron con ropa de los mestizos.


Alasitas, que en Aymara significa “cómprame”, es una feria en la cual originalmente los indígenas intercambiaban miniaturas, productos agrícolas, piedras circulares de colores o con alguna particularidad. El intercambio se practicaba con alegría y con la esperanza de tener, durante el año, los productos adquiridos. 

Alasita es una gran fiesta de deseos y aspiraciones. La tradición establece que uno compre una miniatura de lo que más le haga falta en el año que cursa. Es necesario asistir a la feria al medio día y que un yatiri (hechicero y curandero)ch'alla (bendiga) las mismas, además los asistentes a la Alasita pasan por la Iglesia más cercana o de su preferencia para hacer bendecir las miniaturas que han comprado. También funcionaría si las miniaturas le son regaladas a uno para que, por arte de magia, se hagan realidad.

Billetitos réplicas casi exactas de Bolivianos, Dólares y Euros, emitidos por el imaginario “Banco Central de la Fortuna o de Alasitas”, para que no falte el dinero; latas de conservas, bolsas de harina, azúcar, arroz, y todo tipo de productos alimenticios, para abastecer el hogar; maletas, con o sin papeles, pasaportes, visas y billetes de avión para viajar; gallitos o gallinas de artesanía, para conseguir novio o novia; materiales de construcción, maquinaria y equipo, para terminar la casa;  autitos, taxis, flotas (buses), camiones y camionetas, para tener un vehículo, títulos, postgrados y maestrías, para lograr una profesión académica; además de contar con registros civiles (de mentira) donde uno puede casarse, divorciarse o sacar su certificado de defunción, títulos de propiedad, Casas de 2 o tres pisos o edificios completos, para augurar una buena compra e infinidad de miniaturas interesantes capturan la atención de la población. 

Todos los años en esa fecha los periódicos sacan en circulación los "periódicos de Alasitas" de tamaños minúsculos que a modo de sátira y burla toman como noticia y estelar al Ekeko y se burlan de manera jocosa de los políticos y de la gente "importante" o conocida de los medios y la farándula. Al Ekeko hay que regalarles sus miniaturas para que cumple los deseos pedidos, y también darle un cigarrillo de fumar cada lunes y un poco de alcool.
Además se pueden encontrar comidas típicas de la feria entre las que destacan: el “plato paceño” (choclo, habas, papas y queso), el anticucho y otros platos criollos. Galletas de todos los sabores, manzanas endulzadas, la infinita variedad de platos típicos del occidente de Bolivia y una variedad de juegos populares como los futbolines o los dardos o los rifles de aire aseguran una diversión sin límite.

La feria de Alasitas es una de las muchas tradiciones de la ciudad de La Paz, y se ha ido extendiendo por muchas otras ciudades del país y del exterior. Es por la candidez de la feria, el trabajo de artesanos y la fe en estos ritos que ha logrado ser parte fundamental de nuestra sociedad y una de las expresiones culturales típicas de este mágico país sudamericano.

viernes, 13 de junio de 2014

    El 21 de junio, solsticio de invierno o año nuevo aymará

Bolivia es conocida por su gran multiculturalidad y su autenticidad, ya que el 55% de su población es indígena y autóctona. En el año 2010, el país fue rebautizado por su Presidente, Juan Evo Morales Ayma, “Estado Plurinacional de Bolivia”, cuyo hecho se celebra oficialmente el 22 de febrero.

Entre las 38 etnias del país, una de las más conocidas, por representar el 25% de la población y sobre todo porque el Presidente mismo forma parte de ella, es la aymará. Ésta vive principalmente en el altiplano, una planicie alta con más de 4.000 metros de altitud. Se cree que este pueblo desciende de los tiwanakotas, una civilización anterior a la inca.

Esta cultura es conocida por ser conservadora y sobre todo muy resistente, ya que a pesar de las invasiones incas y españolas, perdura hasta hoy en día. Actualmente más de 1,6 millones de personas hablan aymará y practican las tradiciones de su cultura. Esta persistencia se explicaría gracias a una aparente sumisión a las demás culturas y un sincretismo que ocultaba en realidad una práctica secreta de costumbres aymaras en el núcleo de los hogares. Es por ello que aún hoy en día, en muchos lugares se habla aymará en las casas y quechua (idioma de los incas) o castellano, en sociedad. 

Los tiwanakotas eran explotadores ingeniosos de su medio natural. Tenían un sistema de irrigación muy desarrollado con el fin de poder cultivar en el árido y gélido altiplano. Tenían también un sistema de migración para ir a cultivar y recolectar productos que no tenían, de otros ecosistemas (como por ejemplo frutos de Los Yungas, valles de menor altitud y más fértiles).

Una de las mayores contribuciones de los aymaras es la cultura de las patatas, de las cuales hay más de 200 tipos distintos. Inventaron un sistema de conservación muy particular: la deshidratación para congelamientos/descongelamiento sucesivos de las patatas que se transforman así en chuño, que es una pequeña patata negra desecada con un gusto muy particular que aún hoy en día forma parte de la alimentación básica de los bolivianos.

Otro gran tema de conocimiento aymará es el calendario astral, semejante al de los mayas, basado en sucesos del cielo y de la tierra, con el fin de organizar la vida social de los hombres. Es por esto que los equinoccios y solsticios son muy destacados y objeto de importantes ceremonias y rituales.    

El 21 de junio, día del solsticio de invierno en el hemisferio sur y por lo tanto en Bolivia, es también el día de año nuevo para los aymaras. El sol se encuentra aquel día en el punto más alejado de la tierra y es el día más corto y la noche más larga del año. La fecha marca el final de la época de cosecha y el inicio de un nuevo ciclo agrícola.

La noche del 20 de junio, la población, convocada por sabios (yatiris) y sacerdotes andinos (amautas) se reúne para decir adiós al año que ha pasado, en torno a una mesa ceremonial, con coca, alcohol y otros elementos de ritos andinos. Se hace vigilia toda la noche hasta el inicio del nuevo día, cuando el sol ofrece sus primeros rayos estos se reflejan en lugares precisos sobre sitios sagrados tiwanakotas.

A una hora de La Paz, en el sitio de Tiwanaku, hay ruinas de un antiguo templo tiwanakota, que son las más grandes de esta civilización. Hoy en día aún se encuentran nuevos yacimientos sagrados. Esta civilización tiene todavía muchos grandes misterios por hallar, pero lamentablemente los científicos carecen aún de los medios para  descubrirlos.

Tiwanaku es el vestigio más conocido, ya que está muy cerca de La Paz y fue una antigua ciudad sagrada de gran importancia. Su templo es, en los momentos de sucesos astrales, el escenario de ceremonias y ritos que atraen a grandes masas de turistas y fieles.

Cada 21 de junio, el solsticio más importante, hay una ceremonia en la que participan junto con la gente personajes políticos de importancia, como ser el Presidente mismo.

El Presidente también ha realizado una ceremonia en Tiwanaku para sacralizar su toma de posesión de la presidencia, haciendo reconocer así esta cultura relegada durante siglos en un destacado acto político y simbólico.  

En Tiwanaku, después de una larga noche de vigilia, cerca de las 8 de la mañana, los rayos del sol, al levantarse, pasan por la puerta del sol de Kalasasaya, iluminando el monolito “Ponce”.

Después de la salida del sol, se hace una mesa de ofrendas al sol “Inti” y a la madre tierra, la “Pachamama”. En esta mesa los sacerdotes sacrifican llamas cuya sangre representa la ofrenda suprema para asegurar la prosperidad, la fertilidad de la tierra y la reproducción de la vida gracias al sol que hace crecer las semillas. El día se llena de festividades: la gente bebe, come, baila, etc.      

El martes de ch’alla fue el tributo a la Pachamama
 

Este ritual andino reúne a muchas familias paceñas para agradecer a la Madre Tierra y pedirle bendiciones materiales y espirituales. Pese a los cambios y las nuevas creencias, la tradición se mantiene.

“Mamita, bendice nuestro hogar, la casa, a nuestra familia y danos mucha prosperidad este año”. Con estas palabras, Mario Mercado Paz inició la ch'alla de sus bienes.

El martes de ch'alla es una costumbre muy arraigada en la ciudad de La Paz. El objetivo es agradecer a la Pachamama o Madre Tierra por todos los bienes que se tienen y además pedirle prosperidad, salud y unión en la familia.

En la mañana, abuelos, hijos, hermanos, esposos, cuñados y en sí toda la familia se reúne en una casa para decorarla con globos, serpentina, flores y fruta. Las fachadas y el interior de las viviendas lucen un arco iris de colores, que representa la alegría de las fiestas de Carnaval.

“Es el cumpleaños de la Pachamama


y hay que tratarla bien. Hay que darle todo lo que le gusta, y a ella le gusta la alegría, los colores”, explica Lourdes Chalco, vecina de Villa Victoria, en la zona del Cementerio General.

Luego de la decoración comienzan los preparativos para esperar el mediodía. En la mayor parte de los casos, las mujeres se dedican a preparar la comida. El menú varía

de una familia a otra. Sin embargo, “siempre tiene que ser chanchito –dijo Chalco– porque como es gordito representa la abundancia”. En cambio, la familia Mercado Paz prefiere un puchero como plato principal porque “es la tradición de los abuelos”. Alcohol, confites, pétalos de flores, cerveza, azúcar, nueces teñidas de dorado, frutas y cohetillos son elementos indispensables. Antes de las 12.00 cada uno de los miembros de la familia toma uno de estos elementos y se prepara para echarlo en todas las esquinas de la casa.

Según Yola Mancudo, cada producto


tiene un significado. El alcohol se utiliza para dar de beber a la Pachamama y para que reciba las ofrendas. “Las nueces doradas representan el oro que está en sus entrañas. El brillo de las lentejuelas representa el dinero con el que queremos que nos bendiga. El oro falso –que es azúcar teñida de dorado– es el brillo de la tierra. Los confites y las frutas que le damos representan su dulzura”.

El motivo por el que se riegan las ofrendas en las esquinas se debe, según Chalco, a que son el lugar donde las cosas malas se acumulan y “por eso se le pide a la Pachamama que las aleje de nosotros”. El mismo significado tiene el ruido de los cohetillos, los cuales con su estruendo sirven para espantar a los malos espíritus
.

Hay variadas creencias sobre la representación de la ch'alla que dependen de la tradición y el legado familiar.

Mancudo cuenta que sus antecesores le enseñaron que no se debe ser mezquino


con las ofrendas. “Mi abuelo nos enseñaba que hasta antes de las 12.00 los achachilas están con la boca abierta esperando que los alimentemos y según cómo le demos, recibiremos”.

A pesar de que la tradición del ritual de la ch'alla está muy presente en nuestra sociedad, al recorrer las calles se ve que no se practica con la misma intensidad y fe que antes. Una de ellas es la crisis económica del país, que hace que los festejos se vean limitados. Otra de las razones es el crecimiento de iglesias evangélicas que no ven con buenos ojos este tipo de prácticas rituales.

Otras familias afirman, pese a todo, que se deben mantener las tradiciones del país y no permitir que desaparezcan. “Mis abuelos me enseñaron a ch'allar y a ser agradecida con los bienes que la Pachamama nos da, y esa es una tradición que debe pasar de generación en generación, por eso yo les enseño ahora a mis hijos”, concluyó Mancudo.

 
En Feria de Ramos alteña habrá venta de muebles

El Alto, 28 de mar. Con el propósito de fortalecer el intercambio de productos agrícolas y urbanos durante la Feria de Ramos en El Alto, los carpinteros afiliados a la Asociación 8 de Diciembre organizan la primera Feria del Mueble, que se llevará a cabo en la zona Bautista Saavedra del Distrito 14.
Con la participación de 85 expositores, la venta de estos artículos se efect
uará desde el 13 hasta el 17 de abril, Domingo de Ramos.
Simón Quispe, director de Promoción Artesanal del Gobierno Municipal, informó que se coordinó con los dirigentes de la asociación con el fin de que los puestos sean armados a lo largo de la carretera hacia la población de Copacabana.
“El propósito es acercarse a los hermanos que viven en las provincias Camacho, Manco Kápac y Omasuyos. Los cinco días de feria son una gran oportunidad para que personas de escasos recursos adquieran roperos, sillones, cómodas, vitrinas y un sinfín de productos”, declaró Quispe.
La autoridad reconoció que la iniciativa fue de los artesanos en madera, quienes tomaron en cuenta que durante estas fechas mucha gente de las provincias visita este lugar para hacer compras anuales, y en apoyo a esa idea la comuna promocionará la actividad a través de afiches, pasacalles y publicidad en radio,  televisión y otros medios alternativos.
Juana Condori, secretaria general de la Asociación 8 de Diciembre, aseguró que los muebles son de buena calidad y buen acabado, pero además los precios son de acuerdo con el bolsillo de la gente.
“La venta es del productor al consumidor, nosotros trabajamos con madera roble, cedro, nogal, pino y ochoo. La materia prima la traen desde el departamento de Beni”, explicó la dirigente.
La Asociación 8 de Diciembre, perteneciente a la Federación de Trabajadores en Madera (Fatma), cumplió dos años de fundación y ya cuenta con 85 afiliados, quienes exponen sus productos los miércoles y sábado en Bautista Saavedra.

domingo, 25 de mayo de 2014


TODOS SANTOS DIA DE LOSDIFUNTOS 


Todos Santos a decir del antropólogo José Antonio Rocha es la fiesta del sumaj kausay, del buen vivir, un momento donde se hacen fuertes los lazos de amistad y familiar, en torno al difunto. Ese momento no es más que el compartir, el vivir en comunidad y trabajar juntos todo para recibir el alma del difunto, que llegará al medio día del 1º de noviembre.
Todos Santos es una fiesta que se fortalece y lo hace aún más por el momento político e histórico que vive el país, indica el investigador, quienes en esta entrevista hace un análisis de la celebración actual.
La fiesta de Todos Santos es una tradición boliviana, se tiene la costumbre de recordar a partir del medio día del 1ro. de noviembre hasta el mediodía del 2. Es un día especial, dedicado a compartir con las almas de los familiares que murieron. Algo que transita en el mundo de lo sobrenatural, de la fe, de lo secreto y por tanto, difícil de creer y entender. Pero allí está, celebrado y respetado por mucha gente.

Toda persona en el transcurso del año que haya tenido un deceso entre sus familiares o amistades, está obligada, si pertenece especialmente a la clase popular, a efectuar "el hacer rezar" por la salvación del alma del difunto. Esta costumbre que consiste en recibir grupos de personas para que recen y después retribuirles con masas, viandas criollas, frutas, refrescos, dulces, chichas y otras bebidas.
Las costumbres son diferentes de acuerdo a las regiones, (altiplano, valles y trópicos), asimismo, dentro de las regiones existen distintas creencias, costumbres y tradiciones en las sub regiones. También hay diferencia entre el área rural y el área urbana, por ejemplo la presentación de mesas en el área rural se realiza mayormente con productos del lugar, (masitas de quinua en forma de animales, platos típicos, la bebida es la maceración de frutas y otros) en el área urbana, más se emplea masitas de harina en diferentes modalidades, caramelos y la bebida más consumida es la cerveza, también se colocan flores en los nichos de los muertos

La historia de Todos Santos

La Fiesta de Todos los Santos o día de los difuntos no tiene su propio origen aquí en Bolivia, las costumbres y tradiciones vienen con la llegada de los españoles que al imponer su religión amenazaban a la gente original de estas tierras que si no se arrepentían de sus pecados pagarían en el purgatorio para ir directo al infierno.


Halloween VS. Mast' aku (Todos Santos)


El conflicto entre las élites bolivianas (burguesas) y las masas sociales indígenas y mestizas entran en un escenario geográfico al espacio de lo simbólico y lo imaginario de lo espiritual, que ambos se confrontan en ocasión de una celebración ritual como la del Día de los Muertos.

Cada cual a su manera busca sentar su supremacía en el imaginario social del país, y mientras unos utilizan la clase media para convocar a la ciudadanía a reconocer en rituales urbanos como "halloween", los otros abren espacios de discusión académica para interpelar a los bolivianos a la recuperación de las prácticas culturales como el "Mast'aku", anteriores a la imposición señorial.
El enfrentamiento de "Halloween vs. Mast'aku", es una disputa histórica entre clases sociales, que en el contexto aún candente de la reciente insurrección indígena contra las élites nacionales, cobró una vigencia inusitada y aportó valiosos elementos. Otros temas fueron las fiestas en el ciclo productivo agrícola andino, la revalorización científica de los saberes tradicionales y un análisis del significado de la evolución del discurso social en las coplas de Todos Santos.
En esta fecha las culturas andinas celebran el fin del ciclo seco y el principio del ciclo húmedo, la despedida de los difuntos junto con el invierno y la esterilidad del suelo en una fiesta denominada "Mast'aku", por tener como característica el armado de mesas rituales (mast'a).
Con la conquista de América, la religión católica pretendía erradicar esta fiesta indígena, hasta que lograron imponer la fiesta de Todos Santos, pero sus costumbres fueron enfrascados o refugiados a esta fiesta cristiana, pero la evolución de este rito cristiano en las comunidades rurales y a un en las ciudades de Bolivia, testimonia el fracaso del catolicismo en su afán de eliminar al rito aymara – quechua.

La fiesta de halloween de la noche del 31 de octubre y del 1ro de noviembre, se celebra en honor a Dios Samhain el caballero de la muerte, antiguamente los Celtas practicaban, según sus orígenes. Este calendario festivo es muy importante para estadounidenses, canadienses y europeos. Por esta razón la clase burguesa boliviana, prefiere celebrar el Halloween para distinguirse de "lo otro" ya sea a partir de su capacidad adquisitiva, para adquirir símbolos estéticos distintivos de clase, o ya sea a partir de sus capitales culturales, que le permiten ingresar y marginar a otras castas y clases de sus circuitos espirituales. En la actualidad se compran' del mercado, ejemplo: el Halloween Kit, con disfraz, dulces e instrucciones para la fiesta ¡A esto se llama una tradición empaquetada , Los cristianos protestantes consideran a la fiesta de "Halloween" como el día de cumpleaños del señor del mal "El Satanás o Diablo" antiguamente conocido con el nombre de "Samhain".

La costumbre de Todos Santos

La fiesta empieza el 1ro de noviembre con los preparativos de la mesa, para recibir a las almas, para ello días antes la gente acude a los diferentes hornos panaderos para realizar sus masas, era tradicional que cada familia,  empleara en la elaboración de masas para, Todos santos "una fanega de harina" equivalente a seis arrobas de 25 libras cada una. También se compran diferentes frutas, hortalizas y caña de azúcar, se realiza también el preparativo de las bebidas alcohólicas, insumos de repostería, y muchos otros alimentos y bebidas.   
Para preparar la mesa de las almas, se reúnen los familiares, personas especiales, vecinos y otros, todos ellos preparan la mesa, antes del medio día del 1ro de noviembre, con el fin de que para el medio día (12 horas en punto) todo esté listo para que lleguen las almas.
Al día siguiente 2 de noviembre se procede a realizar el "despacho de las almas" que consiste en recoger la mesa.